Banderas tricolor adornan las calles de esta la "ciudad de la esperanza", señores en el metro suelen vendernos, y al mismo tiempo aturdirnos, con música vernácula, mejor conocida como como ranchera. Es dificil creer que ya son casi 200 años del inicio de independencia, consumada 11 años después con un acta firmada en Chilpancingo donde O'Donojú aceptó que la Nueva España fuera libre del dominio español, además de nuestro primer emperador novohipano Agustín de Iturbide, claro, no electo sino impuesto.
Nuestro futuro como nación no está totalmente claro, se vive en una inconsistencia política, sí como cuando no se bate bien un huevo para un pastel, en un país neoliberal dependiente dividido: pobres vs ricos, fresas vs nacos, PRD vs PAN, pueblerinos vs citadinos, hasta los padres vs sus hijos adolescentes. ¿Cuándo llegaremos a una equidad e igualdad en todos los sentidos?
Sólo Dios sabe... así reza la nueva película de Diego Luna donde también se le ve en los créditos como co-productor del proyecto. La vi por pensar que era mexicana, mas sorpresa que nos llevamos cuando apareció el escudo del gobierno de Brasil y en más de media película se habla português. Algo que en particular me emocionó mucho y con lo cual me encantó.
Así suele pasar, consimimos productos hehcos en México pero ¡son parte de una transnacional! Qué nos pasa. A la hora de dar el grito somos bien very patrióticos, apartamos yendo a la vinata por las chelas y el tequila jalicence desde el 14 porque sino el 15 y 16 como ya no abren por la ley seca, con qué vamos a festejar... O cuando vamos al super por los chescos 100% tradicionales mexicanos: la Coca-Cola, quién puede olvidar su sabor, fría, que quita lo picosito del pozole, los chiles en nogada o de las tostadas de tinga.
En serio que somos patrióticos. Cuando gana la selección de fútbol ahí estamos en él ángel de independencia, cómo si de esta forma pudieramos liberar su espíritu y sentirnos libres de la nación ante la que perdimos. Lo mejor de todo es que sea quién sea, somos leales a este movimiento alrededor de la ángela recién remodelada (que por cierto que guapa luce), si es Guatemala que bien pero si nos fue guatepeor hijoles, mejor ni salir de la casa con la playera de México...
Si cae en puente, qué mejor ¡viva México cabrones!, me pongo mi sobrero, me voy al antro donde ponen música comercial americana, salgo de paseo, y como soy un pinche turista me creo con el derecho de tratar a la gente de provincia como se me da la pinche gana. Ya si la situación no permite el desestresarse fuera de la agitada ciudad, en la noche me llevo a la family al zócalo, claro antes de que fuera tomado por los pejistas, y discrimino con la pura mirada a la señora que vende las megatostadas verdes (que en este momento no recuerdo su nombre), o a "esa" que vende en el piso ropilla.
Más que ser patrióticos debemos formar una nación, ser nacionalistas. Tener presente todos lo días cuál es la tierra que estamos pisando, hacer conciencia que en la misma pero tiempo atrás los gachupines mataron a sangre viva, ¿o a sangre fría?, a quienes creian ellos unos incivilizados, indios. No olvidar que es la misma tierra de donde alguna vez se aliementaron nuestros abuelos o quizás nuestros padres. Tenemos que consumir productos mexicanos, hacer el fuchi al mercado extranjero, que si las fresas de estadounidos son más chingonas, pues mejor comete las de Irapuato para que tus hijos prueben una fresas chingonas pero nacionales y además sean baratas. Que si el pescado o el maíz de China es más barato, en lugar de comprarte tu software de Gates o tu ipod, mejor paga unos pesos más por lo que se cosecha en México. Quizá sean ejemplos estupidos, pero más estupidos quedaremos si le consumimos al vecinito del norte.
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